Agustín González García Acilu nació el 18 de febrero de 1929 en la localidad navarra de Alsasua en el seno de una familia de clase trabajadora.
Su primer contacto con la música fue a través de su encuentro con Johann Sebastian Bach a través de Luis Taberna, organista de la parroquia y director de la Banda de Música, que sería su maestro. Junto con Taberna a partir de 1940, el joven músico comenzó sus estudios de música, incluyendo clarinete, solfeo y saxofón, además de su actuación con la banda local, sin embargo, desde muy joven, su curiosidad y fascinación se orientarían hacia «hacer música».
Luego, a la edad de 14 años, fue aprendiz en la Fundición de Alsasua como herrero. Acilu es capaz de recordar y destacar sus vivencias durante aquellos años de aprendizaje y vivencias que supusieron para un adolescente poder relacionarse con amigos adultos que trabajaban en la fundición por un lado y, por otro, con los músicos de la banda con la que giraban por los pueblos de alrededor así como con aquellas personas con conciencia de clase, Acilu también aprendió la importancia y el disfrute del trabajo bien hecho y la importancia del esfuerzo como ingrediente principal de cualquier éxito.
En el año 1950 fue llamado a filas para realizar el servicio militar. Luego fue trasladado a Madrid donde fue donde se incorporó a su banda, la Banda del Aire. La banda permaneció en Madrid hasta 1956 con el fin de financiar las clases en el Conservatorio de Música de esta ciudad. Eligió dedicarse a la composición. Sus profesores fueron Julio Gómez, Francisco Cales y Enrique Massó.
En 1957 ingresa en el Cuerpo Nacional de Directores de Bandas de Música Civiles por oposición, plaza que nunca ocupa para no desviarse de su trayectoria en aquellos años, ya que estudiaba paralelamente la danza en orquestas de baile y salas de fiestas.
En el Conservatorio de Madrid, González Acilu retoma el estilo iniciado por Julio Gómez y en el de Pamplona recibe el respaldo de Fernando Remacha, símbolo de la tradición compositiva continuada en Navarra. En 1960, tras finalizar sus estudios en el Conservatorio y un viaje a Estados Unidos, viaja al extranjero becado por la Institución Príncipe de Viana durante los cursos 1962-63 y 1963-64. A través de París, Roma, Venecia y Darmstadt entra en contacto con algunas de las personas más importantes de la vanguardia. No sólo musicalmente hablando, como Ghedini, Petrassi, Nono Ligeti, Babbit, Kagel, Helms y otros, sino también con intelectuales como Umberto Eco, Pierre Francastel, o Giulio Carlo Argan y también trabó amistad con artistas españoles que perdurarían a lo largo de los años: Manuel Alcorlo, Antonio Zarco o Rafael Moneo.
En 1978 se matriculó en primer curso en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid por oposición, donde impartió clases de armonía hasta su marcha. La docencia, algo que había ejercido de forma privada durante muchas décadas, y también como profesor en prácticas en el conservatorio entre los años 1965-67, se convirtió en una segunda y enriquecedora profesión, que se amplió a cursos como Técnicas de escritura del siglo XX impartido con Ramón Barcé en el Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona y de ahí nació el grupo de compositores Iruneako Taldea. Fue también profesor asociado de la Cátedra Jovellanos de la Universidad de Oviedo, y de cursos de verano en Olite, Gijón, etc.
Las obras que ha publicado son de una gran coherencia formal concebidas como un todo, donde cada pieza -según sus propias palabras- actúa como eslabón de una cadena, o de la escalera de un solo peldaño. Cada pieza es el resultado de la anterior y es al mismo tiempo el cimiento o base de la posterior. Con un marcado estilo expresionista y una constante experimentación tecnológica así como un componente de investigación que se evidencia desde sus inicios, a través de investigaciones sobre musicología para la Institución Príncipe de Viana sobre compositores navarros del siglo XVIII, así como investigaciones sobre obras lingüísticas que se aplicaron a la música en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
En el libro están representados casi todos los géneros, lo que pone de relieve la importancia de la investigación y el estudio en el área de la lingüística y la fonética para aumentar las capacidades expresivas de lenguas como el español, el euskera, el alemán, el inglés, el francés o el latín.
Es miembro fundador de la Asociación Española de Compositores Sinfónicos -ACSE (1976).
Premios y distinciones.
- Primer Premio de Contrapunto y Fuga
- Beca ‘Carmen del Río’ de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
- Premio Samuel Ros de Composición de Secuencias Superpuestas
- Accésit a la Mejor Composición Española estrenada en la temporada 1967-68 por Aschermittwoch
- Representa a España en el Premio Italia con